No tratare de hacer historias complicadas, sin embargo la vida misma lo es, pareciera fácil contar historias, a decir verdad inventarlas y narrarlas resultan fácil pero escribirlas sí que es un trabajo complejo.
Como empezó esto, pues no les voy a decir que fruto del amor de papa y mama nací yo, aunque así debió ser, solo les diré que comencé a tener razón del mundo experimentando el dolor, una tarde fría de invierno allá por mayo solo tenía 4 años, mi mama había traído al mundo al último de mis hermanos quien finalmente resulto mujercita, (debo indicar que gracias al empeño de mi padre por querer tener una hija mujer, nacimos cuatro hijos hombres previamente, así que siempre le agradezco a mi hermana el ser la última), me encontraba jugando por el comedor de la casa la cual estaba pegada a la cocina de nuestra casa y de repente escucho que mi madre le indica a mi hermano mayor (dos años mayor) que le trajera el termo con agua hervida, el simple hecho de haber escuchado a mi madre pedir algo fue razón suficiente para que buscara donde estaba el termo y llevárselo, era mi manera de ser cariñoso y acomedido, salí corriendo con dirección a la mesa donde se encontraba el termo y lo cogí de manera violenta y rápida antes de que lo hiciera mi hermano mayor y con ello ganarme las caricias y mimos de mi madre, el hecho es que no me di cuenta de que este se encontraba abierto y sin tapa, al estrecharlo con mi brazo izquierdo, el líquido caliente salió violentamente y cayó sobre mi antebrazo, sin embargo y para que no me regañaran por romper el termo, no lo solté y se lo lleve a mi madre, llorando como solo lo hacen los hombres, muchas lágrimas pero nada de gritos, le entregue el termo a mi mama quien lejos de atender a mi hermana, cogió rápidamente unas tijeras y corto la manga de aquella chompa que se pegaba con mi piel por la alta temperatura del agua, luego de ese incidente que me llevo a tener el brazo en curación casi cuatro meses, mi vida ya no volvió a ser la misma, fue como si ese dolor me despertara de ese limbo que tiene la infancia y comencé a relacionarlo todo, a preguntar todo al extremo que me apartaban y mama decía ya lo sabrás a su tiempo y me daba cuenta de todo, lo que significa que perdí algo de mi inocencia de niño y que el dolor siempre esta cerca, así seas un niño.
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1 comentario:
Totalmente de acuerdo con lo que narras en esta bella crónica querido Rolo, gracias por tu aporte en esta pandemia, donde mxos , y me incluyo, habiamos olvidado practicar este hábito de la lectura, que sin duda nos remonta a lugares y etapas de la vida que habian quedado dormidas pero no olvidadas ... un fuerte abrazo a la distancia ... bendiciones!!
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